En las últimas décadas hemos sido testigos de una transformación silenciosa pero profunda en la vida cotidiana de la infancia: los lugares, los tiempos y las oportunidades para jugar de manera libre y no estructurada se han reducido de forma sistemática. Calles que antes eran territorio compartido por niños y…

Este contenido es Premium. Para acceder al contenido completo, canjea tu código aquí.